La semana pasada empecé a notar un dolor en la parte baja de la espalda. El lunes, ya me costaba moverme, levantarme de la silla, incluso reirme era doloroso. Pues el lunes a la noche, creyendo yo que me había acostado bien, me pasé toda la noche tiritando, dando vueltas, sudando y con pesadillas. Me levanté a mi hora, cansada, agotada, intenté meterme en la ducha, y mi cuerpo dijo basta. Mareos, vómitos y a la cama. Durante la mañana no me bajó ni una décima la fiebre así que mi chico decidió llevarme a urgencias.
Después de muchas pruebas, pues el dolor de espalda estaba muy focalizado a la altura del riñón derecho, decidieron mandarme a casa, gripe.
En cuanto al diagnóstico, tengo que decir que no soy médico, pero no estoy yo muy convencida de que haya sido gripe. Para empezar, como es lógico, no es la primera vez que sufro una gripe en mi vida, y desde luego, no ha sido como esta. No he tenido ni estornudos, ni dolor de garganta, ni tos, ni mocos. Quizá haya una variante de la gripe así.
Mientras me hacían las pruebas, allí tirada tiritando en una camilla, me pasaba por la cabeza miles de cosas. Sobre todo, por el dolor del riñón y de tripa al auscultarme, pensé en algún problema derivado de mi hisperestimulación, alguna infección derivada de la punción, o algo de líquido no sé muy bien donde, consecuencia de la medicación. Finalmente, y afortunadamente, todas las pruebas dieron negativas.
Pasé la semana pasada en cama, no por gusto, porque no había fuerzas para nada más. Por suerte, los vómitos remitieron aunque mi estómago ha estado poco receptivo, por lo que he perdido un par de kilos. El viernes me armé de valor y salí, lo que me llevó a pasarme toda la tarde nuevamente en cama y todo el fin de semana en casa. Sufro desde el martes pasado un horrible dolor de cabeza, que sigue acompañándome hoy. No es mi dolor habitual de jaqueca, centralizado en mi ojo derecho, si no un dolor en ambos lados de la cabeza y como a pulsos, pum, pum, pum, sobre todo cuando hago movimientos bruscos o me agacho.
Y llevo desde el martes, sin poder tomar café. Esto es una de las cosas que me molesta bastante, porque soy de tensión baja y puede influir en el dolor de cabeza, y además limita mucho los desayunos. Pero le he cogido tanto asco.
El caso es que, entre siesta y siesta, me vino a la cabeza que cuando era joven, estudiante, después de una época dura de nervios, examenes, estrés, etc. caía enferma. No siempre la misma enfermedad, podría ser anginas, anemia, o lumbago, pero algo ocurría. Mi cuerpo aguantaba firme toda la presión de esos días, yo era muy exigente en mis estudios, lo sigo siendo ahora, pero cuando todo acababa, el cuerpo decía basta. Y siempre necesitaba dos o tres días para recuperar y volver a las clases.
Me pregunto yo si no habrá sido esta fiebre también, consecuencia de mi último tratamiento. Cuando me he relajado, he pensado este mes libre, sin medicación, para salir, entrar, beber, bailar y .... mi cuerpo ha dicho, basta!!
También ha habido quien ha preguntado, sobre todo a mi chico, si estoy embarazada.
Chiquilla, espero que te mejores. No hay nada peor que un golpe de estos de salud para acabar con las fuerzas de cualquiera. Tranquila que poco a poco te sentirás mejor. Un abrazo.
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