jueves, 25 de noviembre de 2010

Noviembre, ¿dulce?

He pasado unos días un poco malos. Estoy convencida de que el tiempo influye, el mal tiempo, frio, lluvia, viento... Es lo que tiene vivir en el norte. Después, en verano disfrutamos de unos parajes verdes estupendos.
He estado dándole vueltas a todo, y estaba empezando a volverme loca. El detonante, encontrarme con un viejo amigo, bueno, quizá fue algo más que amigo, pero al menos ahora puedo mirarle a la cara.
Y esto me ha hecho recordar toda la gente que he ido dejando atrás. Pienso en algunas personas con las que me encantaría sentarme ahora, delante de un café, y charlar y charlar, y tendría un montón de cosas que contarle, ponernos al día, recordar viejos tiempos, y exponer mis sueños futuros.
Algunos desaparecieron, sin saber muy bien por qué. Me gustaría también preguntarles por qué? Solo una explicación, qué hice mal, o qué ocurrió para que esto se acabara, sin más.
Pero también hay otros, que sé por qué se fueron. Aquellas cosas que entonces, con dieciséis, con dieciocho, con veinte, eran tan terribles. Ahora se miran desde la distancia, buf, solo eran tonterías. Entonces, reconozco que dolían. A mi me hicieron daño, pero yo también lo hice.
Donde queda todo esto ahora, quince o veinte años después?
Hace algo menos de un año, pensábamos que estas navidades estaría con nosotros nuestro niño. Ahora llega navidad y no tenemos nada. Bueno, sí, un presupuesto para una fiv-icsi, sin garantias, sin fecha de inicio.
Sé que lo vamos a conseguir. Pero no puedo evitar sentir algo de tristeza por esta parte de la vida que nos ha tocado vivir. Sin duda hace restar importancia a otro montón de cosas que nos pasan, y que nos han pasado.
Ya no tiene importancia que aquel día de septiembre decidiérais empezar la fiesta sin mi.

lunes, 22 de noviembre de 2010

EN ESTE DIA GRIS

Cada vez la gente está más animada. Veo que se han ido informando de mi "caso" y preguntan, leen, escuchan temas sobre fertilidad-esterilidad. Ahora se animan, piensan que voy a traer gemelos o mellizos, nunca me aclaro. Que es fácil, solo tengo que ir a que me los pongan dentro y el milagro obrará.
Pero cuanto más animada está la gente, menos lo estoy yo. Y sigo dándole vueltas al tema. Si fuera hoy el día, les diría que no, que mi vida está bien así, que no quiero médicos, ni pinchazos, ni medicinas que decidan cuándo y cómo me voy a quedar embarazada. Que no quiero saber el día y la hora exacta de la fecundación, cuántos ovulos están fecundados, cuántos se han desechado y cuántos van a congelar. Y, ¿qué pasa con los congelados si luego no los queremos? Supongo que a la mayoría de la gente esto no les plantea ningún conflicto moral, son celulas, se descongelas y se tiran. Ya, pero yo llevo cerca de dos años queriendo tener familia. Bueno, llevo muchos años queriendo, un año largo intentándolo. Y no termino de asumir que me van a manipular, que todo será un trabajo de laboratorio, como cuando inyectan virus a las pobres ratas de ojos rojos. Y todo esto hace que me entristezca, y mucho.
Yo no quería que esto fuera así. Dónde queda el romanticismo, donde queda la ilusión del test casero, donde queda la "discusión" de si fue el sábado que salimos de cena, o el miércoles en ese rapidito después de la siesta...
Estas son las cosas que nunca piensas que te van a tocar a ti. Y ves la facilidad con que la gente te dice que lo que tienes que hacer es relajarte. A ver, yo por mucho que me relaje, no voy a mejorar los resultados de las analíticas. Que no, no tengo que subir al monte y echar uno rápido e incómodo en el coche, como cuando tenía 20 años, porque con eso tampoco lo conseguiremos. Y me hundo.
Sin duda no quería esto para mi, no quería esto para él, no quería esto para nosotros.
Miro esa cama vacía, llena de peluches de mi infancia, y no puedo evitar emocionarme. Ahora solo faltan los niños, esos que quizá nunca lleguen a llenar mi hogar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

MOMENTO REGRESION

Hoy tengo un día malo. De esos en que se ven las cosas un poco borrosas, tirando a gris oscuro, y aunque no me gusta estar así, no puedo evitar darle vueltas a muchas cosas.
Estos días me estoy planteando si seguir con este calvario particular que me ha tocado vivir. Cuando por la noche, cansados, sentados en el sofá,  su brazo alrededor del mío,  la gatita sobre mis piernas, oigo el silencio, la tranquilidad, el poder decir que se acabó el día, y pienso en que esto con un niño no sería posible. Se nos acabarían esos momentos de tranquilidad, de paz. Y si ahora estamos cansandos, como estaremos entonces? Además, hay bastantes posibilidades de que me toquen dos, buf....
Me planteo, seguramente por desconocimiento, si merecerá la pena, tanto médico, hospital, pruebas, pinchazos, gasto... Todos me dicen, cuando lo sientas en la barriga se te olvida todo. Pero y si nunca lo llego a sentir? Si no ganamos esta batalla? Si perdemos la guerra?
Ayer fue el cumpleaños de mi padre, y fuimos a verle. Estábamos allí cuatro generaciones. Y veo a mis abuelos, mayores, pero ahí están, sonrientes de tenernos a su lado. Mi padre y mi madre, ya jubilados, pero con la edad han ganado también en alegría, en tranquilidad. También puede influir que estamos ya todos "colocados", asentados, creando nuestras propias familias.
Estábamos allí los tres, mis dos hermanos y yo. Mi cuñada y mi chico. Y la pequeña, mi sobrina, la primera de esta cuarta generación. Y la miro, quizá porque sea mi única sobrina, quizá porque yo sea su única tía, pero con una mirada nos decimos todo. Y me mira, me sonríe y me abraza fuerte, muy fuerte, y me llena la cara de babosos pero dulces besos infantiles.
Entonces, vuelvo a pensar. Cuando yo tenga la edad de mis padres, si ahora decidimos parar, estaremos solos, los dos, en nuestra casa, en nuestro sofá, quizá con algún otro gato, quizá un perrito, quizá nisiquiera abrazados, quizá nisiquiera los dos...
Esto es básicamente lo que, aunque hoy me entristece, también me anima a seguir adelante.
Vengo de una familia grande, estable, muy unida. Tengo fuerte el sentimiento de familia, aunque con la independencia con la que se vive hoy en día.
Pero lo tengo claro, quiero que un día en mi casa, se junten cuatro generaciones.
Homenaje a mi abuelo "QUE FAMILIA MÁS RICA"

miércoles, 17 de noviembre de 2010

SIN VOLVER ATRÁS

Cuando empecé a escribir este blog, mi idea era contar toda la historia, todo lo que nos ha pasado hasta llegar a hoy. Sin embargo, he pensado que no es buena idea echar marcha atrás. Hemos pasado buenos y malos momentos, altos y bajos. Nos hemos ilusionado, esperanzado y nos hemos hundido. A veces, todo incluso en el mismo día. Lo cierto es que estamos aquí, seguimos juntos, unidos y fuertes, nuestra próxima cita es el 1 de diciembre y tenemos que someternos a una FIV-ICSI.  Sin duda, hace unos meses, este palabro no me sonaba de nada ni podría imaginar lo que significaba. Hoy en día, hemos hecho una lección acelerada e intensiva de biología, y más o menos dominamos los términos. Lo que sí tenemos claro es qué consiste el tratamiento. Ahora solo quiero que pase el tiempo, que llegue la próxima cita, me digan cuándo y cómo tengo que empezar a pincharme y soñar con que el 2011 voy a ser mamá.
Sin embargo el tiempo pasa lento, y todavía estamos a 17 de noviembre. Para empeorar las cosas, llevo una semana con una infección de boca terrible, que me ha hecho hasta quedarme sin venir a trabajar(esto nunca lo hago, aunque tenga que venir arrastras), pero mi cuerpo no daba para más.
Y me planteo ahora, si este dolor me viene durante el embarazo, con la duda de si se puede tomar medicación o no... mejor no pensarlo.
Y volviendo atrás, hoy me he encontrado con un amigo de la juventud. Madre mia, cuánto tiempo sin vernos! Fui una persona muy importante en un momento dado, de aquella pandilla que formamos hace ya tantos años, y de la que sin embargo, ya no queda nada. Yo tengo contacto con alguno, pocos. El con algún otro, pocos también. Pero me ha hecho mucha ilusión verle, que se pare a hablar conmigo, que se preocupe de preguntarme como me va la vida, esas cosas. He de decir también que le he visto mayor y desmejorado, ¿habrá pensado él lo mismo de mi?
Total, que me he ido a casa con una sensación agri-dulce.
Como dice mi hermano, atrás ni para coger impulso.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

CUANDO SE CIERRA UNA PUERTA...

Hoy ha sido de esos días divertidos, aunque ha venido un dolor de muelas a recordarme que la vida es dura.
Mi chico tuvo el lunes una conversación madre-hijo, o hijo-madre, para informarle de "nuestro" tema. Hay que ver qué diferentes somos los chicos de las chicas. Mi madre hacía ya tiempo que sabía que estábamos buscando, y ha seguido día a día todas nuestras consultas, resultados, bajones y subidones.

Bueno, el caso es que mi suegra, qué fea suena esta palabra aún hoy en día, pues se tomó en un principio la noticia como ni bien ni mal. Antes de todo, tengo que decir, que mi chico, y su madre, son tirando a frios, poco expresivos emocionalmente, aunque bellísimas personas.

Total, que hoy tenían una nueva reunión familiar, los dos solos en un coche durante 100 km. ¡qué pena no haber podido estar! Hubiera pagado por ver la cara de mi costi, mientras su madre hablaba y hablaba sobre su futuro título de abuela:

   - Jo, qué alegría más grande me diste!
   - Ya sabes que así hay más posibilidades de gemelos, ¿no?
   - ¿Y como va a hacer Trax cuando tenga que volver a trabajar? Porque claro, no será bueno separar a los gemelos, dejar un nieto con cada abuela.
   - Y ya habréis pensado que tenéis que cambiar de coche
   - ...

Claro, hay que decir también, que su hijo, siempre se había negado en rotundo a tener niños, a mi solo me costó dos años convencerle, así que para que os hagáis una idea. Entonces, la mujer se ha quedado con eso, que con sí que va a ser abuela.

Ella ahora solo quiere empezar a tejer chaquetitas. Por favor, dile a tu madre que no, que como venga en Navidad con una chaquetita me echo a llorar.

Quizá, yo no lo vea todo tan en color de rosa, todavía bastante gris, a veces más oscuro a veces más clarito, pero no salimos del gris.

Pero, sin duda, me ha hecho ilusión saber que ella también se va a implicar, que podremos contar con ella y que será una abuela con mayúsculas. Que también se ilusiona por las cosas, que sonríe y que se emociona.

Descubrí también, en una de tantas consultas con no muy buenas noticias, que su hijo también sabe llorar.

Diferentes formas de mostrar sentimientos.

Hoy también he recibido la noticia de una amiga, que después de varios intentos de IA, ha obtenido su positivo. Mucha suerte y ahora a cuidarse.

Pero como dice siempre mi madre, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.  

martes, 9 de noviembre de 2010

COMO UNA NORIA

Así es como siento mi vida en estos momentos, como una noria.
La noria lleva un movimiento lento, pero sin duda puede llegar a marear. Hay momentos que quiero que el tiempo pase rápido, para empezar ya, salir de dudas y ver qué pasa, si voy a poder hacerlo, y cual va a ser el resultado. Entonces, el tiempo pasa lento, lento. Miro el calendario, todavía quedan una, dos, tres semanas hasta la próxima cita.
Cuando la noria está en la parte más alta, es el momento en el que siento que puedo con esto y con más. Que nada va a detenerme, que el mundo está a mis pies, y que voy a cumplir mi sueño, que llega, que no falta nada y que lo vamos a conseguir.
Pero la noria sigue girando, y es cuando inicia el descenso cuando peor me siento. El estómago sube hasta la garganta, la ansiedad se apropia de mi ser y desayuno con el miedo. Esos momento son los peores, me levanto y siento esa angustia, me arde la garganta, me tiemblan las manos. No sé muy bien donde me estoy metiendo, sin duda me falta valor, o información, o ambas.

Cuando éramos pequeños, en las ferias del pueblo, mi madre siempre miraba, y decidía:
     - La montaña rusa no, que me da miedo. Mejor la noria.

Pero este noviembre, gris, frio, lluvioso, la noria marea, ahora estoy arriba, ahora estoy abajo.

"no mires al suelo", repetía mi madre sonriendo. Ahora no puedo evitarlo, miro al suelo y siento vértigo.

New York

Mañana hace justamente un año que cogíamos un avión hacia Nueva York. El gran viaje soñado por nosotros. Llevábamos tiempo soñando en pasear por aquellas calles de enormes edificios, tomar un taxi amarillo, comer un perrito caliente en la calle, tomar café para llevar, broadway, la 5º avenida... Pero además de ver cumplido todo esto, era el principio de algo más. Era nuestro último gran viaje en mucho tiempo, o así lo teníamos pensado, porque en esas mismas fechas,  comenzamos a buscar nuestro bebé.

Hoy hace un año, y nuestro bebé no ha llegado, ni llegará de momento. Quién nos iba a decir, mientras sentados en aquel bar america (sin humo, por cierto), delante de una gran jarra de cerveza, compartíamos como veíamos nuestra vida en los próximos meses, rodeados de pañales, lloros, noches en vela...

Sin embargo, un año después, nuestras ilusiones empiezan a desvanecerse por momentos. Ahora nuestra vida consiste en citas médicas, análisis sanguineos, seminogramas, ecografías... Finalmente, no podremos tener un bebé sin "ayuda". Todo esto, claro está, conlleva un esfuerzo físico, psicológico y económico que de momento, soportamos. Pero nadie nos asegura hasta donde vamos a poder llegar.

Pero como en la vida hay que ser positiva, agradezco a ese fatídico 21 de septiembre que mi chico está mucho más cercano, más sensible y más cariñoso. Que hemos ganado en confianza, en complicidad. Y que nos reimos, incluso de eso nos reimos.

Nosotros, afortunadamente, no hemos sufrido la crisis económica. Tampoco estamos sufriendo una crisis de pareja o sentimental. Sufrimos, una crisis de fertilidad.