domingo, 14 de diciembre de 2014

COMO GESTIONAMOS TODO ESTO




Ya hace un tiempo que tengo el blog medio abandonado. No es que no tenga cosas para contar, pero no encuentro el momento, y además, aburro ya con el monotema.

Estoy intentando buscar mi sitio, mi espacio en esta vida que me ha tocado vivir, tan diferente de lo que yo había planeado. Y ese es uno de mis errores, planear, planear, planear... Porque después la vida te sorprende, no siempre para bien, aunque muchas veces sí.

Me encuentro bien, la gente me ve bien, estoy activa, descubriendo nuevos aficiones, haciendo deporte y cursos. Sonriendo, y haciéndome la dura.

Pero por dentro estoy rota. Hay un tema, el monotema, que no me deja vivir, no me deja avanzar, no me deja ser yo. Y nadie lo ve, porque no quiero que lo vean. Si no se habla, no existe. Pero si, está, existe y duele.

Y me duele no encontrar mi sitio, me duele no poder avanzar, me duele no sentirme a gusto en ningún sitio, en ningún grupo, porque me quedo fuera. Me quedo fuera de las babyhunter, porque ya no busco, solo espero. Me quedo fuera de las que lo consiguieron, porque jamás lo conseguiré. Y me quedo fuera de las que no lo buscan, porque mi niño de país muy lejano ya me está buscando.

Y ha salido, porque tenía que salir. Y duele, y sigue ahí. Y está enquistado. Porque cinco años pueden no parecer nada, pero para mi son muchos. Cinco años de lucha, de pelea, de ilusiones rotas, de esperanzas desalentadoras, de esperas desesperantes, de sentirme menos, de culpabilidad, de dolor y de sentimientos de injusticia, de duelos, sonrisas fingidas, y disimulos varios.

Así que he buscado ayuda. Y cuando una empieza a hablar, todo se revuelve, todo sale y vuelve a doler. Porque he aprendido a disimular, a llorar a solas, a sufrir en silencio. Pero el dolor está y mi cuerpo ahora se ha revolucionado.

Ya tengo las armas para vencerlo, respiraciones, pensamientos y ejercicios varios. Ahora voy a por él, tengo que poder con él. Pero mientras, mientras sale, mientras lo enfrento, duele, y duele más que antes. Y salen todos los miedos, hasta los muy absurdos, y me complican la vida. Y todo se hace cuesta arriba.

Así que por salud mental, y como ejercicio para poder volver a encontrarme, necesito tomarme unas vacaciones. Pero no irme a una isla desierta, que ojalá pudiera. Si no vacaciones de dolor, vacaciones de todo y vacaciones de vosotras. Podéis llamarme egoísta, seguramente muchas no me entenderéis. Pero esto ya no lo hago por vosotras, lo hago por mi.
Porque leo vuestros negativos y me duele y me revuelve, porque entiendo vuestro dolor y sale el mío. Porque leo vuestros positivos y me duele y me revuelve, porque lo conseguisteis y yo no, y me siento mal y me siento egoísta, y me retuerzo de rabia por todos estos sentimientos incontrolables.
Porque veo los avances de vuestros embarazos o de vuestros niños, y también me duele y me revuelve. Porque quisiera ser yo también la que estuviera disfrutando todo esto y compartir dudas, y anécdotas, y planificar el mejor de los calendarios de adviento.

Así que esta vez sí, voy a ser egoísta, y con vuestro permiso o no, me tomaré un descanso. Siento mucho si os decepciono, lo siento de verdad, sobre todo por las que habéis estado ahí siempre apoyando. Ojalá muy pronto pueda volver a ser la que era, y a disfrutaros.

Porque ahora en mi mente, tan solo hay un objetivo, que deje de doler. Mi prioridad ya no es el embarazo, mi prioridad es recoger los pedacitos del alma que he ido dejando por el camino, y recomponerlo. Y que deje de doler.

Y la ilusión está, y no la perderé, porque mi hilo rojo, ese que me une a mi niño de país muy lejano, se va acortando. Pero también por él, tengo que estar fuerte y curada. No puedo recibirle con dolor, porque no podré transmitirle tanto amor que tengo guardado para él.

Así que os dejo con un hasta luego. Nos vemos a la vuelta.

Seguiré informando...