No para tener un hijo. Que de esto ya han hablado otros blogs, y cada uno, llega hasta donde puede. O hasta donde creen que estén los límites.
Hace no mucho, en un hospital de la zona, una chica intentó robar un bebé. Alegaba que había perdido el suyo por una negligencia médica, y que quería su bebé. En este caso no era el suyo, era de unos recientes padres que se llevaron un buen susto.
Pero que levante la mano la que no haya pensado en un momento de desesperación, hacer algún tipo de locura, con tal de conseguir tener esa familia que tanto ansiamos.
Pero no, en este caso no me refiero a eso.
El otro día, tras ver una película, de esas que te hacen pensar, marido y yo tuvimos una conversación, de esas que te hacen pensar también.
Él decía que sería capaz de sacrificarse, que si el problema fuera al 100% suyo, y encontráramos a la persona adecuada, aceptaría que yo tuviera un embarazo de otra persona, por decirlo así, fuera del matrimonio, pero que ese hijo sería nuestro y que nunca me reprocharía nada.
Yo desde luego, no compartía esa opinión. Lo primero porque no sería capaz de ir a acostarme con un tio, porque sí, por un hijo o por todo el oro del mundo. Y que si fuera al revés, aceptaría que decidiera buscarse otra mujer para tener su hijo, pero yo desaparecería del mapa. No podría aceptar a ese hijo como mio, ni podría borrarme de la cabeza que marido se hubiera acostado con otra con ese fin.
El insistía en que solo era trabajo. Que era una manera más fácil y economica de conseguir nuestro fin. Pero la verdad, era hablar por hablar, porque ninguno de los dos estamos en condiciones de aceptar a otra persona, no conseguiríamos nada. (venga, vale, si es Hugh Jackman, me lo pienso...)
Sin mucho convencimiento, intentó igualar la adopción con el caso que me planteaba. Obviamente, no tiene nada que ver.
Yo desde el principio fui capaz de aceptar semen de donante, aunque finalmente no hizo falta. Con un poco más de trabajo, pude aceptar la posiblidad de una ovodonación, o donación de embriones incluso. Desde luego, estoy deseando que llegue mi niño de país muy lejano.
Pero es que, en todos y cada uno de los casos, esos niños serán NUESTROS.
Pero si un día viene marido, que "uy, perdona, tengo que contarte algo, verás, es que, no significó nada, tenía que intentarlo..." o cualquier excusa que se pudiera imaginar, ese hijo nunca sería mio. Porque ha sido el hijo de una infidelidad, y el niño, tiene una madre. Que quién te asegura que reniegue de él?
Bueno, toda esta conversación, delante de una paella y ante la mirada atónita del camarero, que no se alejaba mucho de la mesa, por si se perdía algo interesante.
La conclusión final a todo esto, y en lo que estábamos totalmente de acuerdo, es que si años atrás, alguien nos hubiera dicho "Tienes dos opciones, cortarte un dedo, o pasar por años de sufrimiento, tratamientos, dolores, betaesperas, negativos, esperas, burocracia...", sin dudarlo, nos cortábamos el dedo. Es más, yo me cortaba la mano entera.
Seguiré informando.