Ayer por la tarde, después de un largo día de trabajo, me fui a ver a una amiga. Su marido acaba de abrir un local de masajes y me apetecía pasar a verlo, saludarles y ver qué tal les iba. Cuando llegué allí estaban ella, su marido y su pequeño. Tiene dos años y medio y está para comérselo.
Ella es una de esas personas que no dejan de sorprenderte. Nos conocimos trabajando hace ya casi seis años. La verdad que un principio no conectamos nada. Luego poco a poco nuestra relación se fue relajando. Cuando nos despidieron, nos echaron a cinco a la vez, quedábamos de vez en cuando. Al final, es la única con la que mantengo contacto hoy en día. Las dos somos un poco parecidas en ese aspecto, no necesitamos estar llamando continuamente a la gente, ni quedamos todas las semanas pero sabemos que está ahí. Y poco a poco nuestra amistad se ha ido fortaleciendo y es una de las personas que más me está ayudando en estos momentos.
Ella es muy sincera, dice las cosas como las siente y nunca te va a decir algo que quieras oir, si no lo que realmente piensa.
Después de enseñarme el local, explicarme todos los tratamientos que tienen, jugar un poco con el nene, tomar algo y preguntarme con pelos y señales todas mis últimas novedades respecto al tratamiento, aunque siempre está informada al día, me confesó que está embarazada. Me lo dijo muy suave, y casi avergonzada. Está en el segundo trimentre y no había sido capaz antes de decírmelo. Pensaba que me podía doler. Cuando vio mi alegría, la verdad que totalmente sincera, me preguntó nuevamente con cautela a ver si me podía enseñar la ecografía. Pues claro que sí! Y bueno, vi a su pequeñín, muy pequeñin, y me estuvieron explicando esto es la cabeza, esto el corazón...
Yo también me sorprendí a mi misma. Estaba esperando que este momento llegara, porque tengo varias amigas que están buscando embarazo. Pero no pensaba que me iba a hacer tanta ilusión, con un poco de envidia, lo confieso. Pero envidia sana.
Como cada vez que se lo proponen, aciertan, pues ya entre bromas le pedí prestado a su marido, a ver qué podiamos hacer.
Ya es la segunda vez que se me adelanta. El niño, tiene el mismo nombre que yo tengo decidido para mi hijo. Y ahora, se embarazan antes que yo.
Algo me dice que compartiremos paseos con barriguitas. De momento, bien por mi, me pongo una medalla. Prueba superada.
Uff, me he emocionado leyéndote. Me siento igual con respecto a mi hermana. Creo que en cualquier momento me va a anunciar que me hace tía otra vez y no sé cómo reaccionaré. ¿Por qué tiene que ser así? Tu reacción fue estupenda, espero estar a la altura de las circunstancias y no ponerme a llorar si llega ese momento.
ResponderEliminarSi necesitas llorar, llora. Ella te va a entender y va a saber que te alegras aunque duela.
ResponderEliminarBesitos.
Bien que hiciste! La verdad yo cuando nació mi "sobrina" me entró un bajón tremendo...EN principio se iban a llevar tres meses y como lo perdí y justo cuando ella nació me acababa de hacer un test negativo... Me sentí fatal. Luego me consolé pensando que volvería a estar embarazada y que no se llevarían mucho y así será (y tú con tu amiga igual). Besos
ResponderEliminarJuliete, insisto en que me sorprendí a mi misma, pero ver la cara de mi amiga de tranquilidad también me animó. Pensé que su primero y el mío jugarían juntitos, pero ahora ya veo claro, será su segundo con mi primero. Y el mayor les enseñará trastadas!!
ResponderEliminarBesitos.
Ufff, cómo os entiendo! Nosotros vamos a ser titos en abril. La hermana de mi pareja va a tener su segundo hijo, un niño. Cuando nos enteramos nos alegramos, por supuesto, pero realmente fue uno de los desencadenantes de nuestros 'bajones' previos a la FIV. Mi chico hasta me confesó estar sintiéndose culpable por no preocuparse y preguntar por el embarazo de su hermana, pero es que era un tema que le dolía mucho. La verdad es que ahora qu ehemos empezado ocn la fiv los dos estamos más animados y deseando ver la carita del peque esta primavera.
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