FINDE DE CELEBRACIONES

Este fin de semana ha estado repleto de celebraciones. Como ya comenté, el viernes era el cumpleaños de mi padre. Cuando llegamos a casa, con la intención de darle un par de besos, habían preparado una peazo de merienda, así que hicimos buena cuenta de ella, jeje.
La celebración oficial fue ayer. Mi padre tenía la ilusión de invitarnos a comer a todos, ahora que mi sobrinilla ya es más mayor (siempre ha comido fatal y además es celíaca), a un pueblo de Navarra. Y para allá que nos fuimos, y la verdad que lo pasamos genial. Nos pusimos hasta arriba de comida. Pero lo mejor es disfrutar de esos momentos, todos juntos. Y mi sobrina aprovechó para escribirle la carta a los Reyes, porque claro, como la tita vive en Francia, hay que escribir con tiempo que si no no llegan. Para comérsela!!

El sábado hice mis primera magdalenas! Esto que para la mayoría será una tontería y estaréis hartas de hacerlas, pues para mi es toda una hazaña. Porque la cocina y yo no nos hemos llevado muy bien, hasta ahora que por motivos forzosos de rodilla, me quedo en casa sin paseos y ocupo mis horas en este tipo de labores. El caso es que me quedaron comestibles, algo elásticas, jaja. Pero me hacía una ilusión mirar el horno y ver como iban creciendo!

Y ayer, inesperadamente, y justo cuatro semanas después de la última vez, me hizo visita mi ansiada menstruación. Ole!! Hironías de la vida, salí del baño sonriendo. Mi chico se quedo flipado, ya?? Y terminó dándome un abrazo, vamos a por ello, por fin!! Se me saltaron las lágrimas, claro. Así que rellené mi ficha de horarios y pastillitas, me tomé mi primera pastilla de estrógeno (creo), y casualidades de la vida, me coincide el control de endometrio y la transferencia, si todo va bien, con los días de vacaciones que me quedaban por coger y que sin retrasarlo más había decidido pedirme la semana pasada, para el próximo puente. Por una vez salen las cosas sin organizarlas, y esto me da muy buen rollo. Así que salí de casa con un dolor horrible de cabeza y de barriga, pero feliz como una perdiz. Este año adelanto la carta a los Reyes, como mi sobrina, y pido un positivazo.