ENTRE RECETA Y RECETA, MONOTEMA

Como no puede ser de otra manera, vuelta Perico al molino.

En capítulos anteriores de ... bueno, tras la visita médica, tenía que empezar a tomar anticonceptivos durante doce días.
Pues bien, han sido doce días largos con jaquecas. Después de cinco días, el día con la jaqueca más insoportable, en el que solo podía pensar en morirme, decidí llamar al doctor. La verdad que me atendió rápidamente, lo que me gustó, pero su respuesta fue, que no podía hacer nada, que es normal que si soy propensa a las migrañas las pastillas las acentúen, y que me tomara paracetamol.
Paracetamol? Alma de cántaro! Eso es como decirme que me tome un vaso de agua. En fin, que he terminado con todas las reservas de ibuprofeno y paracetamol de mi casa y de la oficina.
Las empresas farmacéuticas conmigo se van a hacer de oro, entre unas cosas y otras. Estoy por pedir una participación, o uno de esos famosos sobres que pululan por este país...

El caso es que el lunes terminé con las dichosas pastillas y tendría que venir nuestra odiada señora de rojo un día de estos. Entonces tendría que empezar con la meriestra. Pero como siempre que se le espera, la muy... no aparece. En fin, paciencia, una vez más.
Como últimamente me sentía bastante nerviosa y tras escuchar consejos bloggeriles y del mundo 1.0, ayer tuve mi primera sesión de yoga. Encontré un centro cerca de casa, que es importante con la locura de horarios que tengo y que tuviera sitio para aparcar y me lancé a la aventura.
La primera clase fue de contacto, pero me di cuenta que me cuesta relajarme mucho más de lo que yo creía. Cuando todo estaba en silencio y nos decían de cerrar los ojos, se me aceleraba la respiración y hubo algún rato que lo pasé realmente mal, me dieron ganas de levantarme. Así que tengo que trabajar más de lo que pensaba, pero estoy segura de que me va a venir muy bien. De hecho, anoche dormí del tirón.

Tengo demasiados frentes abiertos, y me he cargado mucho. Así que tengo que empezar a descargar.

Ayer recibí una llamada. Estaba yo en el trabajo, y me sale al otro lado una señora hablando en francés. Cuando entendí que era por nuestro proceso de adopción, ya me puse a temblar. Por qué demonios me llaman a mi si ha dejado marido su número? Pues ni idea. Pero entre que estaba en el curro, que no me esperaba la llamada y que soy así de tonta, me puse hasta a tartamudear! No era capaz de explicarle donde vivía, ni me salía el nombre de la gestoría que hay debajo de casa, ni las cosas más básicas que os podáis imaginar.
El caso es que resultó ser una chica muy simpática y con paciencia, conseguimos entendernos.
Y esto también está en marcha. El próximo día 29 de marzo, viernes Santo, que en Francia no es fiesta, doble sesión. A primera hora psicólogo y por la tarde, 14 horas, que para los franceses es después de comer, la asistenta viene a nuestra casa.
Tengo un mes para seguir repasando el francés, para dejar la casa niquelada, para retirar esas cosillas que mejor nadie tiene que ver...
Pero esto también está en marcha.

Seguiré informando.