EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

Erase una vez, una pareja que soñaban con ser papás.
Pasaba el tiempo, y el bebé no llegaba. Primero confiaban en la naturaleza, pero ya había pasado más de un año. Después confiaron en la ciencia... Pero el tiempo seguía pasando. Cuando ya había empezado a perder la esperanza, no sé sabe cómo ni por qué, decidieron darse una nueva oportunidad.
Habían pasado casi cuatro años, cuatro años de subidas, de bajadas, de pinchazos, de ecografías y analíticas, de kilos, de lágrimas y desesperación.

Pero ahora algo había cambiado. Ella se encontraba mucho más fuerte y positiva, él era diferente también. La vida les había dado una gran lección, y los había unido de una manera difícil de explicar.

Y pusieron toda su confianza en ellos, esos que parece que lo saben todo. Y parecía que lo sabían, lo buscaron todo, en él, en ella, pero todo estaba bien. Hicieron lo imposible y más, más pruebas, más analíticas, las últimas técnicas... y consiguieron un embrión. Sólo un embrión con el que se jugaban todo. Todas las ilusiones, todas las esperanzas, todo estaba puesto en un solo embrión.

Sólo hacían falta nueve días, para conocer el resultado. Nueve días en los que han paseado, se han abrazado y besado más que nunca. Nueve días en los que ella ha respirado, ha negociado con su útero, ha hablado con su embrioncito, ha soñado y se ha visualizado con su bebé entre los brazos.
Nueve días en los que él, ha participado más que nunca, nueve días en los que ha colaborado con los pinchazos, se ha implicado, ha mimado y ha cuidado.
Han trabajado en equipo, él ponía el alcohol, ella pinchaba, él limpiaba y besaba.

El día antes del día D, ella se levantó muy muy nerviosa. Pensaba que todo se acababa, notaba el cuerpo raro, incluso vio una mancha. Estaba muy cansada, por momentos pensaba en dejar de luchar, pero no podía, y sobre todo, no le dejaban.
Porque en estos años de aprendizaje, ha encontrado gente maravillosa, gente que vale mucho más que ella, que pelean más que ella y que nunca dejan de pelear. Las chicas del grupo "sin nombre", las chicas de los blogs, las chicas que escriben en el anonimato, sus chicas del 1.0. Nunca ha estado sola.

Y llegó el día final. Y ese día, el sol decidió hacerles una visita. El tenía su cara de clínica característica, ella se encontraba tranquila y extrañada por esa tranquilidad.
Todo ha sido distinto, las técnicas han sido distintas, el trato ha sido distinto, tu cuerpo ha reaccionado distinto...

Y el resultado, ha sido el mismo. Negativo.

Hoy no soy capaz de llorar, no quiero pensar, solo quiero dejarme llevar.

Muchísimas gracias a todas por estar ahí, de corazón.

Seguiré informando.