ESTOY MALITA

Ya todas sabéis que soy una gatita muy especial, muy tímida y asustadiza. De un tiempo a esta parte, pues el problema se ha ido agravando. Ya os conté, que mientras mi mami se ponía esos pinchos en la barrigota, pues yo me levantaba en mitad de la noche, para verla, y acompañarle y hacerle mimitos, o que me los hiciera a mi.

Entonces mami pidió consejo a su vete virtual, pero no pudieron hacer nada, yo seguía despertándome y siempre lo primero que hacía era ir a avisar a mami, para verla y darnos nuestros mimitos. Pero se me pasó, y pensaron que sería porque estaba extraña por las hormonas que mami tomaba.

Estuve un tiempecito portándome bien, pero hace unas semanas, pues volví a las andadas. Y mis papis probaron de todo. Intentaron dejarme maullar hasta que me aburriera o cansara, pero ellos caían derrotados antes que yo. Intentaron asustarme con el spray de agua, pero al segundo día me sabía el truco y seguí maullando desde mi escondite.

Así que mami volvió a consultar con la vete, y la vete le remitió a una etóloga. Y decidieron llenar la casa de algo llamado feromonas. Ja! menudo invento! Si se pensaban que eso a mi me iba a relajar, le llevaban clara! Me hizo el efecto totalmente contrario, y es que según el vete, pues soy ya muy mayor para eso (ejem, ejem, que solo tengo siete años eh?). Así que aquella noche, el drama llego al hogar de la familia Trax. Me despertaba a cada rato. Y mami se tuvo que levantar tres veces, aunque era muy difícil calmarme. A las siete de la mañana, desesperados todos, empecé a maullar como si no hubiera mañana, y entonces, se levantó papi. Y estaba muy enfadado... y yo corría y me escondía... y papi me volvía a buscar... y terminé gritando como si me estuviera matando. Así que se levantó mami corriendo pensando que me estaba pegando. En su defensa diré que ninguno me ha puesto jamás la mano encima!

Pero mami estaba muy cansada y se echó a llorar, decía que no podía más, que estaba agotada, que necesitaba dormir. Y papi le decía que es una mala racha, que ya pasará. Y mami seguía llorando, a mi me dio mucha penita. Y papi le dijo que era una prueba. Y entonces mami lloró más, porque está cansada de tantas pruebas, y le preguntaba a papi por qué todas las cosas sencillas de la vida, para ellos tienen que ser tan difíciles... Al final terminé llorando con mi mami.

Y ese mismo día, fuimos al vete, había que tomar una solución. Y el vete, no dudó un momento, tengo estrés.
Porque ya sabemos todos que soy una gatita muy asustadiza, y han habido cambios, que mis papis no se han dado ni cuenta de ellos, pero a mi me molestan mucho. Y durante el día estoy tranquilita, porque hay mucha luz, y están los ruidos normales del día a día. Pero ahora ya me asustaba casi hasta con mami, si movía una pierna sin avisar, si se levantaba o salía de una habitación, yo estaba asustada.
Así que por la noche, que está todo oscuro, y no veo a mi mami, pues necesito verla. Y papi se quedó una noche hasta tarde, y se dio cuenta, que esos vecinos a los que nisiquiera conocen, pues salen y entran a horas extrañas y hacen mucho ruido con las puertas. Y eso ellos no lo sabían, y yo no sabía como hacérselo saber.

Todo esto unido a una relación a distancia... Ay, Forlancito, cómo te echo de menos! Pero todo hay que decirlo, que Forlancito no me tiene muy en cuenta. El está conforme con el cat-chat, y no le veo yo con más intención. Y claro, a él le gusta hacer rabiar a la bruja y al consorte, y dice que haga yo lo mismo. Pero yo soy una gatita buena y tranquilita, y quiero que mis papis estén contentos conmigo.

Total, que me lio, que el vete me ha dado unas pastillitas para tomar, un tratamiento antiestrés. Y mis papis están contentos porque me tomo la latita con la pastilla sin refunfuñar. Lo que ellos no saben, es que la comida sabe asquerosa con esa pastilla, pero me lo tomo, porque ya les veía yo muy cansados, y necesitamos un poco de tranquilidad en esta casa.

Según nos ha dicho el vete, me tengo que tomar esto durante un mes, y volver a ver cómo me encuentro. En principio tendría que funcionar. Y si no, hay cositas más fuertes, que harían que me quedara dormida toda la noche. Pero esto a mi mami no le hace mucha gracia.

Así que ahora estoy contenta, porque papi se siente culpable por el numerito del otro día y me mima todo el rato y me da jamoncito. Y mami, pues como ya ha podido dormir, sigue siendo la misma mami cariñosa de siempre.

Lamiditos!