QUERIDOS REYES MAGOS

No me voy a repetir. Ya habéis recibido una dulce carta de Netzi, y otra un pelín más amenazante de Ester, con todos los deseos para todas las babyhunters.

Yo, este año, me cambio de chaqueta. Mi carta a oriente ha sido escrita por otros medios, más oficiales, quizá menos puntuales y menos mágicos, pero esa está ahí, y sé que no me van a fallar como vosotros (o eso espero).

También llevo unos años, poniendo toda mi confianza al gordo de rojo de mi país de acogida. Pero o es que no hablamos el mismo idioma, o el hombre anda algo perdido por eso de compartir árbol y chimenea con los magos de Oriente. El caso es que el gordito se nos ha despistado, y de momento, voy a dejar de escribirle misivas, que se cansa una, hombre!

Y este año, por primera vez en la vida, marido y yo hemos decidido tener una pequeña conversación con Olentzero.

En realidad, me ha tocado hablar a mi, porque este hombrecito con este aspecto tan rústico, no domina nada bien la lengua de Cervantes. Y a pesar de que nos lo encontramos casi en la puerta de casa, tampoco domina el idioma de nuestro país de acogida. Solo habla el idioma de los vascos y las vascas, así que me puse a ello.

Olentzero maitia (querido Olentzero)
Sabes que nunca he confiado mucho en ti. Ya desde pequeña estaba yo decepcionada, porque nunca te dignaste a visitar mi hogar.
Cuando me fui haciendo más mayor, no entendía esa devoción que se te profesaba por estas tierras. No tienes buen aspecto. Eres un hombre huraño, que vives solo en el monte, trabajas con carbón y bebes, sin ninguna moderación, vino y más vino. Los niños se asustan a tu paso, incluso se rumorea, que si se portan mal, los metes en tu saco y los llevas al monte. Yo es que siempre he sido muy buena, igual por eso no venías a verme.
Pero ahora ya he crecido, y como estoy más gordita, seguro que no podrás meterme en el saco, entre tus años y tu embriaguez.
Así que me he decidido a tener esta conversación contigo, porque creo que ya es la última puerta que me falta por tocar.
Así que escúchame bien. Esta va a ser la única oportunidad que te de. Si te portas bien, prometo ponerte un vasito de vino de aquí en adelante, todas las Nochebuenas.
Y como ya tendrás que saberlo, porque si adivinas los sueños de los peques, tendrás que adivinar el mio también no?
Este año he decidido que la carta se quede aquí en la tierra, que está muy caro el sello a laponia o al lejano oriente. Así que, te pido, te ruego, te suplico, que te lleves a la señora de rojo de viaje donde tú quieras. Enciérrale en tu cabaña, haz lo que te venga en gana, pero cámbiamela por ese milagrito, que venga a alegrar nuestras vidas.
Y por supuesto, que me apetece compartir con todas mis bloggeramigas ecos, pataditas, nauseas y partos. Así que, aunque otras te pillen un poquito más lejos, no se te pone nada por medio cuando de vino hablamos eh? Así que milagritos para todas mis babyhunters!
Espero que no me decepciones, porque entonces puedo hacer una muy mala publicidad sobre ti, y tendré que acudir al Tió o al Ratoncito Pérez si hace falta.
Y para que veas que buena soy, sólo te pido una cosa, sólo una! (bueno, si son dos mejor, pero no voy a presionar)
Así que sin más me despido, con la confianza de encontrarme muy pronto contigo.
Besos.